Aunque el comportamiento de los nekomatas se suele comparar al de los gatos comunes, solían tener contínuas trifulcas, especialmente los gatos viejos y maltratados que eran normalmente más poderosos que el nekomata medio. Para vengarse, esos nekomatas controlaban a los familiares muertos de los maltratadores, persiguiéndolos hasta que fueran compensados con comida, disculpas y atención.Por último, algunas historias del folclore japonés afirmaban que el nekomata podía alternar entre su forma original y otra apariencia humana.
El nekomata surge como una leyenda urbana cuando Japón sufría una crisis en el siglo XVII. La población de ratas aumenta en el año de 1602, causando estragos en la producción del arroz y la seda. En ese tiempo se decreta que nadie podía poseer, vender ni comprar gatos, todos debían ser puestos en libertad. La raza más común era el bobtail japonés, el icónico gato callejero que no tiene cola y que ronda por las calles de Japón.


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