martes, 29 de noviembre de 2011

Gato esfinge (Sphynx)

El Sphynx, o gato esfinge, es una raza de gato cuya característica más llamativa es su aparente ausencia de pelaje y su aspecto fornido y rechoncho. "Aunque los ejemplares de la raza parecen ser gatos sin pelos, hay que destacar que verdaderamente NO son gatos pelados; sino que presentan la piel cubierta de una capa de pelaje muy fino, corto y continuo casi imperceptible a la vista o al tacto".

El gato Sphynx fue la primera raza sin pelo o sin pelaje aparente reconocida por la asociaciones felinas que llevan un registro genealógico de los felinos de raza; actualmente son tres las razas de gatos pelados o que parecen ser reconocidas o en alguna etapa de serlo.

Hoy en día el Sphynx comparte junto con el Peterbald y con el Don Sphynx la exclusividad de ser una de las tres únicas razas peladas o sin pelos. Aunque este gato no tenga pelo aparentemente, las personas con alergia a los gatos tambien tendran alergia a esta raza.

El gen responsable de la modificación en el pelaje del Sphynx es recesivo y tiene dominancia incompleta sobre su alelo, si es que está presente el gen que produce el Devon rex (ambos son recesivos al tipo salvaje), mientras que las otras dos nuevas razas de Rusia: el Peterbald y el Don Sphynx, tienen sus propias mutaciones independientes y de tipo dominante.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El gato con botas

    El gato con botas es un cuento popular europeo, recopilado en 1697 por Charles Perrault en su Cuentos de mamá ganso (Contes de ma mère l'Oye) como El gato maestro y anteriormente en 1634 por Giambattista Basile como Cagliuso.


Decepcionado, el hijo consideró comérselo para no morir de hambre, pero el gato resultó estar lleno de recursos, y le dijo: «No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.» El hijo del molinero no pensó mucho en ello y decidió seguirle la corriente. El gato, galantemente calzado, con la bolsa atada al cuello, se encaminó inmediatamente a una conejera cercana y cazó un conejo. Así puso su gran plan en marcha, yendo al palacio y presentando su caza al rey:
«He aquí, Majestad, un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás (que es el nombre que se le ocurrió dar a su amo) me ha encargado ofrecerle de su parte». Con el regalo de un par de perdices y otros obsequios, siempre de parte del Marqués de Carabás, el gato con botas estuvo pronto en disposición de saber cuándo el rey y su hermosa hija pasearían por la ribera del río:

«Si seguís mi consejo podráis hacer fortuna —le dijo el gato a su amo—; no tenéis más que meteros en el río en el lugar que yo os indique y después dejadme actuar.»

 Así siguió el famoso momento, el giro en la fábula, en la que el gato gritaba «¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Que se ahoga el Marqués de Carabás!» De esta forma, el hijo del molinero, en cueros, fue envuelto en ropajes regios y subido al coche de caballos del propio rey, revelándose la fábula con el aplomo y divertido ingenio característicos de Perrault.

El gato se adelantó entonces a la comitiva real y se dirigió a las tierras de un poderoso ogro.

A los campesinos que estaban trabajando en ellas les dijo: «Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.» Cuando el carruaje del rey pasó junto a los campesinos y Su Majestad preguntó quién era el dueño de aquellas tierras, todos ellos respondieron: «Son del señor Marqués de Carabás».

Mientras tanto el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia. Los guardias, desconcertados por la apariencia del gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y le llevaron ante su señor.

Cuando estuvieron sentados, el gato le dijo: «Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante.» Halagado, el ogro le dijo que era cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus habilidades. El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño, «en un ratón, en una rata». Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó por la cola y se lo tragó entero.

Entonces reclamó el palacio del ogro como hogar para el recién nombrado Marqués y recibió al rey con su hija. Al final el Marqués consigue a la princesa, y «el gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras los ratones sino para divertirse.»


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/El_gato_con_botas

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Bobtail japonés

Su origen es incierto pero se cree que llegaron al continente asiático hace 1,000 años. Hay una teoría que dice que son originarios de las Islas Kuriles y que probablemente llegaron a Japón como gatos de barco. En 1602 se decretó en Japón que nadie podía comprar, vender o mantener un bobtail; todos debían ser puestos en libertad para controlar la población de ratas que estaba afectando la industria del arroz y la seda (ver Nekomata). Después de esto, el bobtail se convirtió en el icónico gato callejero de Japón. En 1968 Elizabeth Freret y Lynn Beck introducen el bobtail japonés en América.


Es una raza mediana y los machos son más grades que las hembras. El pelo es suave y sedoso, existen dos variedades: pelo largo y pelo corto. Los de pelo corto tienen el pelo sedoso y liso. Los de pelo largo tienen el pelo un poco más largo, y su pelo se comienza a ondular en las puntas.

El cuerpo es esbelto como un oriental tradicional, pero más musculoso. Las patas son largas, las traseras son más largas que las delanteras y los pies son medianos con forma ovalada. Su nariz es larga, con el hocico bien desarrollado, y tiene los ojos grandes y ovalados. Su cola es enroscada y forma una o dos curvas y es claramente visible, es decir, no se pierde entre su pelo.

Nekomata

El nekomata era una criatura mitológica japonesa que, según la leyenda, evolucionaba de los gatos domésticos. Se creía que cuando un gato llegaba a los cincuenta años de vida, su rabo empezaría a dividirse lentamente en dos, a la vez que desarrollaría poderes mágicos, principalmente aquellos relacionados con la nigromancia y chamanismo. Gesticulando con sus rabos o con sus patas delanteras (ya que caminaría erguido), los nekomata animarían y controlarían a los muertos. En entornos salvajes, se alimentarían de carroña proveniente de cuerpos muertos. No todos los gatos se convierten en nekomatas, sino que deben producirse ciertas situaciones, generalmente relacionadas con la alimentación del gato, como beber sangre humana, alimentarse de un cadáver humano o de una serpiente, etc.

Aunque el comportamiento de los nekomatas se suele comparar al de los gatos comunes, solían tener contínuas trifulcas, especialmente los gatos viejos y maltratados que eran normalmente más poderosos que el nekomata medio. Para vengarse, esos nekomatas controlaban a los familiares muertos de los maltratadores, persiguiéndolos hasta que fueran compensados con comida, disculpas y atención.
Por último, algunas historias del folclore japonés afirmaban que el nekomata podía alternar entre su forma original y otra apariencia humana.

El nekomata surge como una leyenda urbana cuando Japón sufría una crisis en el siglo XVII. La población de ratas aumenta en el año de 1602, causando estragos en la producción del arroz y la seda. En ese tiempo se decreta que nadie podía poseer, vender ni comprar gatos, todos debían ser puestos en libertad. La raza más común era el bobtail japonés, el icónico gato callejero que no tiene cola y que ronda por las calles de Japón.

martes, 22 de noviembre de 2011

Abisinio

Esta raza procedente de Abisinia (actual Etiopía) se introdujo en Gran Bretaña en 1868 y casi desapareció a principios del siglo XX, pero los defensores del abisinio de Francia y Estados Unidos consiguieron conservar la raza, que actualmente goza de más popularidad que nunca.

El abisinio tiene un pelaje suave y liso, pero no lo parece por la colaboración de cada pelo, que presenta unas bandas de color oscuro sobre un fondo claro, lo que da al conjunto un aspecto "punteado" que ha hecho célebre la raza. El pelaje del vientre no es punteado.

 Aunque hoy en día el abisinio puede adoptar una amplia variedad de colores, en Etiopía los gatos que vivían en las casas y las calles eran en su mayoría de un tono marrón rojizo, por lo que la raza quedó asociada al sobrenombre de "gato liebre". En los círculos felinos este color se denomina liebre.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Americano de pelo corto

Este gato grande y fuerte alcanza su máximo esplendor en la deslumbrante variedad atigrada plateada, con marcas grises y negras, pero la raza puede adoptar más de ochenta colores y combinaciones.
El origen de esta raza se remonta a 1895, en la primera gran exposición felina estadounidense, celebrada en el Madison Square Garden neoyorquino. En principio se le bautizó Shorthair, que más tarde se le llamaría Domestic Shorthair para distinguirlo con razas extranjeras.

A principios de los años sesenta los criadores presionaron para que la raza cambiara de nombre, ya que la denominación Domestic parecía indicar que se trataba de un gato callejero común sin pedigrí y eso dañaba su popularidad.
Finalmente se adoptó el nombre actual y los criadores más patriotas quedaron encantados cuando un elegante ejemplar atigrado plateado recibió el premio a gato del año en Estados Unidos en 1965.
Esta raza es conocida por su longevidad, su excelente salud y docilidad con los niños y perros, belleza y carácter tranquilo. Es un cazador natural.